
2004
Director: Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll
Guión: Juan Pablo Rebella, Pablo Stoll y Gonzalo Delgado
Música: Pequeña Orquesta Reincidentes
Fotografía: Bárbara Álvarez
Intérpretes: Andrés Pazos, Mirella Pascual, Jorge Bolani
Valoración: ***
Jacobo Köller vive una vida rutinaria regentando una pequeña fábrica de calcetines en Montevideo. Marta, su empleada de confianza, parece vivir la misma vida rutinaria: ir al trabajo, preparar el té de su jefe, vigilar a las demás empleadas, volver a casa y poco más. Un buen día, y coincidiendo con la matzeibe celebrada un año después de la muerte de su madre, Herman, el hermano menor de Jacobo que vive en el extranjero donde parece que las cosas no le van mal, regresa por unos días a Montevideo. Para tratar de aparentar que su vida no es tan insulsa como parece Jacobo le pide a Marta que se haga pasar por su esposa, a lo que ella accede quien sabe si con la esperanza de poner algo de interés a su también aburrida vida.
Correcta película uruguaya (en coproducción con España y Alemania) que desde luego a mi no me parece esa pequeña gran joya que muchos dicen y que se presenta con la etiqueta de comedia, aunque el humor brilla por su ausencia a lo largo de toda la cinta. De hecho es un drama en toda regla: uno sombrío, melancólico, triste. Tres personas que no tienen muchos alicientes en sus vidas pero lo peor de todo es que no parecen estar por la labor de buscarlos. Si la felicidad no es un estado real y más bien es su búsqueda lo que aporta la esperanza de conseguirla, los personajes de la cinta son incapaces de buscarla, ni siquiera cuando se ponen en marcha viajando a Piriápolis en busca de un pasado que, tal vez solo en el recuerdo, fue mejor.
El problema de Whisky es que en este drama no ha lugar para la esperanza (cuando esta aparece la aporrean con un fajo de billetes). Es un corte sesgado en la vida de tres personas relatando nítidamente con largos silencios y cortos diálogos lo insustancial de unas vidas aburridas y tediosas, haciendo que la película acabe resultando aburrida y tediosa. Al final es prácticamente imposible llegar a sentir algo de empatía por los personajes, salvo que uno sea (que no es lo mismo que estar) igual de deprimente. Hay personas que están en un pozo del que simplemente no quieren salir. Hay otras a las que, sin querer estar en el pozo, les gusta mirar al fondo para ver que hacen esas personas. A mi no.
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