
2003
Director: François Ozon
Guión: François Ozon y Emmanuèle Bernheim
Música: Philippe Rombi
Fotografía: Yorick Le Saux
Intérpretes: Charlotte Rampling, Ludivine Sagnier, Charles Dance, Jean-Marie Lamour
Valoración: **
Sarah (Charlotte Rampling) es una escritora londinense de novelas policíacas y de suspense que se encuentra en un período de bloqueo mental. Animada por su editor se traslada a la casa solariega que este tiene en Francia. Una vez allí se sumerge en la tranquilidad del lugar a la espera de cierta inspiración. Pero la calma no durará mucho, pues pronto aparece sin previo aviso Julie (Ludivine Sagnier), la hija del editor, para trastocar todos los planes de Sarah. La animadversión entre ambas queda patente desde el principio pero al final ambas acabaran unidas por un crimen.
De Swimming Pool de Ozon se podría decir que estamos en dos películas dentro de una película y que parecen muy distintas entre sí. La primera parte de la cinta es un relato costumbrista sobre Sarah y su llegada y acomodación a la casa prestada por su editor en busca de paz y tranquilidad para después pasar a la confrontación con Julie, la portadora del ruido. La película se pierde en detalles, probablemente innecesarios, y silencios (muy reveladores) que van dando pistas al espectador sobre el carácter de las dos mujeres. Durante todo ese tiempo uno está a la expectativa de lo que va a suceder, previendo que la enemistad entre ambas mujeres pueda acabar en todo lo contrario, pues voluntaria o involuntariamente, es más que patente la tensión sexual entre las dos.
Pero de repente aparece un hombre y todo cambia. En la película, el realismo costumbrista da paso a la intriga y el suspense que desenbocan en una tragedia que acaba haciendo que Sarah ayude a Julie con su "problema", y Julie, inconscientemente, ayude a Sarah a recobrar la inspiración perdida. Curiosamente el resultado global acaba por hacer que la primera parte, que al principio podía parecer bastante anodina, sea la mejor parte de la película, pues el desenlace es algo rocambolesco por no mencionar el hecho de que, tal vez y solo tal vez, nada de lo visto haya sucedido.
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